La primera exposición de los bebés a Umami

Umami juega un papel extremadamente importante en la vida de todos y cada uno de los individuos. Esto es particularmente cierto durante la infancia. La gestación humana dura aproximadamente 40 semanas, tiempo durante el cual se desarrolla una nueva vida a partir de una sola célula fertilizada hasta convertirse en un bebé humano en pleno funcionamiento, listo para venir al mundo. Durante estas 40 semanas, el embrión vive en el líquido amniótico y, alrededor de la semana 16, el bebé en crecimiento ha desarrollado receptores gustativos que le permiten probar varios sabores del propio líquido amniótico de la madre. El líquido amniótico es rico en aminoácidos y, entre ellos, el glutamato se encuentra en la concentración más alta, lo que significa que el umami es uno de los primeros sabores que experimentamos, ¡incluso antes de nacer!

Una vez que nace un bebé, durante aproximadamente el primer medio año, en muchos casos la única fuente de nutrición es la leche materna. Y al igual que el líquido amniótico, la leche materna es rica en aminoácidos libres, que son aminoácidos que no forman parte de las proteínas. El glutamato tiene la concentración más alta entre estos aminoácidos, con un 44.17%. Esto significa que la leche materna incluye el sabor del umami y el bebé ya lo conoce desde el útero. Curiosamente, el sabor del umami en la leche materna tiende a variar según la nacionalidad, dependiendo de la dieta de la madre. Por lo tanto, por ejemplo, la leche materna japonesa puede tener un toque de salsa de soja o sopa de miso, mientras que la leche materna italiana puede tener un sabor más parecido al tomate y al queso parmesano.